Mindful Listening
¿Te gustaría aprender a comunicarte mejor?
La práctica de la meditación nos permite ser más compasivos con nosotros mismos y con los demás. En esta nota, te presentamos tres meditaciones -muy poderosas- para mejorar tu comunicación.

“Meditar es establecer contacto con uno mismo, sintonizar con quien realmente somos, reconocer nuestra esencia, volver al verdadero hogar y desde esa mirada atenta, consciente, amorosa, compartir y disfrutar la vida, que siempre es presente, aquí y ahora”, nos dice Flor Rapisardi, consultora en bienestar consciente, focalizada en prácticas para el manejo saludable del estrés y el autocuidado. Pero ¿Por qué la meditación nos puede ayudar a mejorar la forma en que nos comunicamos con los demás? No te pierdas nuestra charla con Flor.

 

Flor ¿Por qué nos puede hacer bien meditar en estos tiempos de tanto cambio?

Hoy sabemos que todo cambia momento a momento. Y que el cambio es parte integral de la vida, no una amenaza a nuestro bienestar. Y meditando podemos experimentar claramente esos cambios, observando el flujo mental (porque es una experiencia vivencial, no conceptual).

¿Qué quiere decir eso?

Que lo más importante es que podamos reconocer cómo nos sentimos cuando ocurre la meditación. Porque desde ese espacio de presencia consciente, podemos decidir vivir una determinada situación aprendiendo a responder y no reaccionar. La meditación nos vuelve observadores, nos permite ponernos en contacto con nuestro sistema de calma, y de esta manera centrarnos, aquietarnos, generar espacio y claridad en nuestra mente, para poder discernir frente a cada decisión que nos toque afrontar.

¿La meditación nos ayuda a vivir una vida más plena y consciente? 

Sí. La meditación es TRANSFORMADORA. Herman Hesse decía que “la verdadera profesión del ser humano es encontrar el camino hacia sí mismo”. Y la práctica de meditación produce un mayor sentido de bienestar general por la simple capacidad de estar centrados en el presente. Si no estamos atentos, la mente suele cultivar sufrimiento. Es una experiencia de sanación porque dejamos de estar distraídos y comenzamos a habitar el momento presente, contemplándolo con todo lo que la vida nos regala.

¿La meditación puede impulsarnos a mejorar la forma en que nos comunicamos con los demás?

Sí. Pero para lograr estar en total presencia de escucha con el otro, primero tenemos que hacerlo con nosotros mismos: aceptando el momento presente tal cual es, con todo lo que nos trae. Y para ello, hay que meditar: generar ese espacio contemplativo diario donde nos sentamos por un rato a observar nuestras sensaciones corporales, pensamientos y emociones que puedan surgir momento a momento, con la mayor amabilidad posible.

¿De qué manera la meditación tiene un efecto positivo en nuestra comunicación con los demás?

Al estar más presentes y reconocer cómo nos sentimos, podemos autoregularnos y permitir un estado de presencia frente a otro. La presencia es lo más poderoso que podemos obsequiar. Cuando transitamos un proceso de profundo contacto con el ser, a través de la escucha atenta y amorosa con nosotros mismos, luego empezamos a prestar atención a lo inter-personal, dándonos cuenta cómo nos relacionamos con otro.

¿Debemos intentar tener una comunicación “atenta” con los demás?

La comunicación asertiva es comunicación atenta. No puedo ser asertiva si no estoy atenta a lo que siento y si no soy empática con el otro. En la comunicación asertiva me hago responsable de lo que quiero expresar, entendiendo mis necesidades y conectando con mis emociones. Y también es importante recordar que una mente estresada no activa la compasión, ya que no estás claro y no estás presente. A través de la práctica de atención plena, podemos modificar la relación con la incomodidad, aceptándola con amabilidad, entendiendo que la diferencia se encuentra en cómo me vínculo con aquello que me ocurre y así poder resonar con otro.

¿Podrías sugerirnos tres meditaciones para mejorar la comunicación?

  1. Conectando con la escucha profunda

Tómate unos minutos para comenzar a llegar al cuerpo, con algunas respiraciones nasales profundas y con algunos movimientos de cuello y hombros. Coloca tus dedos medios en los oídos. Tienes que taparlos totalmente para poder escuchar tu respiración en estado puro, principalmente sintiendo el aire pasar por tu garganta.

Es un ejercicio respiratorio de abstracción muy rápida que te centrará en menos de tres minutos, ya que te permite realizar una escucha profunda de tu respiración, y sentir tu propio océano respiratorio. La puedes realizar cada vez que sientas que tienes que enfrentar una conversación difícil (unos minutos antes). Vas a notar la diferencia.

 

  1. Meditación Metta hacia mí mismo (amor bondadoso)

Comenzamos recorriendo el cuerpo de pies a cabeza, reconociendo cómo nos sentimos, y qué sensaciones nos regala esta experiencia al observarnos. Realizamos tres respiraciones profundas completas, como si estuviéramos llenando una vasija de agua y vaciándola, inhalando de abajo hacia arriba (desde el vientre) y exhalando de arriba hacia abajo (desde el pecho).

Podemos realizar algunos movimientos que nuestro cuerpo nos pida (el cuerpo es sabio y sabe dónde necesita ir). De alguna manera cuando ponemos en práctica esta meditación aceptamos que el sufrimiento es inherente a la vida humana y que todos buscamos lo mismo: aliviar el dolor y ser felices.

Puedes invitarte a llevar la atención al corazón respirando desde allí por unos minutos y recordar que la palabra metta se traduce como amor benevolente o incondicional, es el deseo genuino por el bienestar de todos los seres, basado en las buenas intenciones.

Trayendo una imagen de ti mismo que te genere ternura, cariño, puedes repetir en el silencio de tu mente: “Que esté feliz, en paz y tranquilo, que esté a salvo y seguro, que esté libre del sufrimiento y sus causas, que pueda aceptar mis limitaciones y las ajenas con amorosidad, que pueda aceptar el presente tal y como es sin juzgar, sin etiquetar”.

Puedes agregar alguna otra frase que te resuene en este presente. El propósito de Metta hacia ti mismo es cultivar el sentimiento de amor bondadoso, abriendo el corazón y conectando con esa expresión amable.

 

  1. Mindful Listening

La capacidad de escucha profunda a alguien proviene de saber escucharse a si mismo, sin juicios, con amorosidad, incluso en las partes más oscuras. La comunicación consciente nos invita a escuchar con todo nuestro ser, dejando que el otro sea exactamente como es, sin intentar cambiar nada, soltando el control, y entregándonos a la escucha sincera. Te invito a realizar varias respiraciones para comenzar, poniendo la atención en tu zona abdominal, inhalando y exhalando desde allí.

Simplemente escucha todo lo que llegue: ¿Cómo se siente el cuerpo? ¿Hay alguna emoción que esté surgiendo en este momento? ¿Puedes reconocerla? ¿Cómo se siente, agradable, desagradable o neutra? ¿Dónde la sientes? ¿De qué color es, qué forma tiene? Y trata de observar también tu flujo mental. Observa lo que surge, recordando que la mente siempre nos va a llevar de viaje hacia el pasado y el futuro, pero que en verdad no somos los pensamientos, somos la conciencia que observa.

Puedes etiquetar el pensamiento cada vez que aparezca simplemente diciendo en el silencio de tu mente “pensamiento”, puedes dejarlos ir visualizando cualquier imagen en movimiento (globos, nubes, hojas en un arroyo). Allí como estás ahora te invito a llevar una mano a tu cuello, zona de influencia del chakra vishuddha, centro energético de la comunicación, y recitar tres veces el bija mantra HAM (canto intencionado), visualizando el color azul profundo.

Quédate allí por un momento percibiendo las vibraciones en tu garganta, lleva ambas manos a tu corazón. Para terminar esta práctica puedes utilizar esta afirmación: “Escucho mi verdad más profunda y desde allí la expreso con total honestidad y amorosidad”.

Recuerda siempre ser amable, cuidadoso y respetuoso con tu cuerpo, nunca olvides que es tu templo. Bendice cada pensamiento que venga a ti cuando respiras y meditas, simplemente conviértete en un observador testigo y disfruta del viaje.

¡Gracias Flor! A Flor pueden seguirla y leerla en su cuenta de Instagram. Es también profesora de yoga integral, con especialización en yoga restaurativo, terapeuta floral y comunicadora consciente.

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