Resiliencia como respuesta a todo: de víctimas a protagonistas de la historia
Vale hacer memoria y preguntarnos, ¿qué aprendimos en esos momentos difíciles de la vida y qué fortaleza nos dejó?

 
Todos tenemos el gen de la Resiliencia. Y ahora es el momento indicado para activarlo.

Te propongo pensar en algo que te haya pasado hace unos años, y que en su momento sentiste como negativo, y luego de un tiempo te diste cuenta de que cambió tu vida para mejor, o te dejó una enseñanza que te hizo más fuerte o más sabio.
Probablemente no podías verlo en el momento de desconcierto y dolor, pero pasada esa etapa te diste cuenta de toda la experiencia que te dejo.

Ahora te propongo otra cosa:
Pensemos en esta situación que nos toca vivir hoy. No nos gusta, nos fue impuesta, y nos genera incertidumbre. Sin embargo, ¿qué resultados positivos podríamos obtener después de todo esto? ¿Qué podríamos ganar como personas, individualmente, y como sociedad, colectivamente?

¿Te detuviste a hacerte estas preguntas en estos días tan especiales?

Para las personas naturalmente optimistas existe la posibilidad de que todo esto resulte ser algo bueno y sobretodo algo que nos ayude a mejorar. Algo que nos traiga aprendizaje, madurez, compasión, entrega.

Posicionarnos en esta actitud nos abre un nuevo universo de posibilidades y nos aleja de la premisa de que todo es pérdida y dolor.

En lugar de llenar nuestra mente de pensamientos negativos y miedo, te propongo pensar qué podemos hacer, cada uno desde nuestro lugar, para que este escenario negativo se vaya transformando en uno positivo.

Resiliencia es entender que aunque moleste, aunque duela, aunque nos enoje… Lo que nos pasa, llega por algo, llega para algo…

Un factor relacionado a la resiliencia es la capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo. Si nos proponemos algo y lo logramos, el nivel de confianza en nosotros mismos y en las circunstancias se eleva y nos fortalece para seguir enfrentando más desafíos. Es en esta actitud dónde encontramos el secreto para pasar a dominar la escena, y no dejarnos llevar como títeres por la paranoia de turno.

Otro punto imprescindible es tener un concepto positivo de uno mismo, conocer bien nuestras fortalezas y habilidades y ponerlas en marcha. Hacer uso de todo lo que fuimos aprendiendo y creer en nuestra capacidad para resolver las distintas situaciones.
Todos son factores que las personas pueden desarrollar por si mismas. Y justamente en los peores momentos es cuando más salen a relucir. Las situaciones extremas nos llevan a sacar fuerzas e ideas de dónde jamás hubiéramos imaginado.
¿qué podemos hacer para activar la capacidad resiliente dentro de cada uno?

– Con Aceptación, no pensar en el por qué, pensar en el para qué ocurre lo que ocurre.

– Compasión hacia uno mismo, dándole lugar a todas las emociones que nos invaden, teniendo confianza en que vamos a poder atravesarlas.

– Foco en el presente. Olvídemonos por un tiempo de la vida tal cual la conocíamos, y amiguemonos con este aquí y ahora tan lleno de estímulos, historias, y recuerdos que van a quedar para siempre.
Pasar del lugar de víctimas al de protagonistas nos coloca automáticamente en un estado de mayor bienestar y fuerza. Haciéndonos cargo de lo que nos toca, con actitud madura, sintiendo que podemos, que tenemos la capacidad necesaria y teniendo confianza en que al final de todo… Todo va a estar bien.
Esto también nos va a dejar grandes aprendizajes.

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