Comunicación en la pareja
¿Qué es el “Mindfulness Relacional”?
Cuando no estamos de acuerdo en un asunto de pareja, podemos elegir conversar y buscar puntos de encuentro, o bien discutir y reforzar esos desacuerdos. ¿Cómo evitar que una discusión termine en una pelea, poniéndonos en el lugar del otro? Aquí las claves.

“Una pelea no es una batalla de dos bandos. Es un mismo bando, con diferentes perspectivas acerca de una misma realidad, en busca de acuerdos”, dice Daniela De Lucía, coach y emprendedora en desarrollo personal y profesional. Entonces, ¿Por qué cuando discutimos nos cuesta tanto escuchar al otro y ponernos en su lugar? Charlamos con Daniela, y nos dio cuatro consejos desde la “Atención Plena Relacional”, para tener discusiones más positivas y amorosas. Pero sobre todo para poder lograr mayor empatía con nuestro compañero/a, y por ende una comunicación y comprensión más profunda.

Daniela, ¿Por qué las peleas de pareja muchas veces pueden salirse de control?

La escalada, la bola de nieve de discusión interminable, se da porque queremos defender nuestra postura sin ponernos en el lugar del otro. La empatía, no sólo se da con amigos o con personas a las que ayudamos, es fundamental en la pareja.

¿Cómo sería esto?

Entendamos que la pelea surge por una mirada diferente acerca de un asunto en común. El conflicto es el resultado de dos perspectivas encontradas que no pueden salir de sí mismas para mirar la realidad del otro con “los ojos del otro”. Nadie tiene la verdad, la verdad es una batalla de percepciones, y si nos perdemos en esas batallas podemos desgastar el vínculo hasta el punto de romperlo. Cada pelea se suma a la próxima. Sabemos que en estas batallas de percepciones no solo peleamos por lo que sucede en el momento, sino que retomamos cosas del pasado para “defender” nuestro lado de la mejor manera.

¿La clave sería ponernos en el lugar del otro?

En una pareja hay diferentes interpretaciones acerca de una misma realidad, y el mayor desafío es lograr entender la mirada del otro, lo que siente y el por qué hace lo que hace o dice lo que dice. Escuchar no es lo mismo que oír. La escucha activa en la pareja requiere de prestar suma atención a lo que el otro dice mucho más allá de sus palabras. La escucha activa requiere que callemos nuestra mente para poder realmente hacer lugar a lo que el otro quiere decirnos.

¡Qué importante aprender a escuchar!

Muchas veces, sobre todo cuando estamos discutiendo y queremos “ganar” una pelea, mientras el otro nos habla, estamos pensando qué es lo próximo que queremos decir (o pensando que ya sabemos lo que va a decir). Ese tipo de actitud ante una conversación nos limita, estamos oyendo, pero no estamos escuchando, estamos más concentrados en nosotros mismos y nuestras necesidades, que en el otro y sus necesidades, lo que como consecuencia trae escalar el conflicto y no solucionarlo.

¿Qué sería la “Atención Plena Relacional” o “Mindfulness Relacional”, y cómo puede ayudarnos en este sentido?

La “Atención Plena Relacional” es la capacidad de acallar nuestra mente y poner el foco en la otra persona. En vez de centrarnos en lo que nosotros queremos y lo que a nosotros nos molesta, tener la capacidad de enfocar nuestra energía en lo que el otro tiene para compartir, y tener la empatía necesaria para ver el mundo desde su perspectiva. Desde ya que podemos no estar de acuerdo con la otra persona, pero si realmente lo escuchamos (y empatizamos) vamos a estar menos enojados para encontrar nuevos acuerdos.

¿Qué técnica puede ayudarnos?

Un ejercicio súper potente para lograr un acercamiento de pareja y mejorar la atención relacional es sincronizar la respiración para generar lo que en coaching llamamos “Rapport”. Consiste en ponerse frente a frente, parados con los ojos cerrados, y respirar al mismo ritmo: inhalar y exhalar en total sincronicidad, escuchando la respiración del otro y siguiendo su ritmo durante tres minutos. Este ejercicio puede realizarse todos los días al comenzar el día para mejorar el vínculo, o bien, para “calmar las aguas” en medio de una discusión. En este último caso es todo un desafío interrumpir una discusión con este ejercicio, pero si lo logran, no solo obtendrán como resultado mejorar la escucha activa y la atención relacional, sino también romperán el patrón de conducta de ambas partes en la discusión para evitar escalarla.

¿Qué consejos nos darías para que las discusiones sean más positivas y “amorosas”?

  1. Consejo 1: Si yo ya sé lo que quiero, mi foco debe ser entender qué quiere el otro y por qué. En vez de estar tan atentos a lo que nosotros queremos decir, pongamos esa atención a escuchar lo que el otro tiene para decirnos. Empatizar no es sólo escuchar, es ponerse en los zapatos del otro para realmente interpretar la realidad desde lo que está viviendo.
  1. Consejo 2: Enojarse no es lo mismo que ofenderse. El enojo es una emoción como cualquier otra. Podemos enojarnos todo lo que queramos. La negación del enojo no es una opción, poder poner en palabras lo que nos molesta es sano. El problema surge cuando elegimos continuar enojados por tiempo indefinido. Cuando mantenemos ese enojo aún después de que el otro nos pide perdón o se disculpa por lo sucedido, nos estamos ofendiendo. Y cuando nos ofendemos, mantenemos el enojo por elección y creemos que castigamos al otro con nuestra conducta. Cuando mantenemos el enojo aún después de haber conversado, desgastamos el vínculo y escalamos el conflicto. El otro no necesita un castigo, el “castigo” te vuelve en contra y genera un vínculo relacional súper negativo.
  1. Consejo 3: Tu pareja no va a cambiar porque vos le pidas que cambie. En la pareja y en la vida “Fortaleza para cambiar aquello que podemos, serenidad para aceptar aquello que no podemos, y sabiduría para reconocer la diferencia”. Podemos cambiar nuestra actitud, podemos cambiar nuestra forma de relacionarnos, pero no podemos cambiar a otra persona. Los cambios de hábitos o de actitud son algo muy personal y nacen desde el fondo de nuestro ser. Nadie cambia por amor o porque otro se lo pida. La persona debe sentir la necesidad de cambio desde adentro para manifestarlo afuera. Es utópico creer que alguien va a cambiar porque nosotros se lo pedimos.
  1. Consejo 4: Si pelean siempre por lo mismo, es necesario un cambio de ambos. En muchas parejas se dan peleas circulares, discusiones siempre alrededor de los mismos temas. Es necesario que una de las dos personas rompa ese patrón de conducta que se puede llegar a convertir en un hábito o una forma de relacionarse. Entonces: ¿Qué puedes hacer (no decir) diferente, para no caer en las discusiones de siempre?

 

¿Listos para probar? A Daniela De Lucía pueden seguir leyéndola acá.

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