Agradecer más que desear
Cómo desarrollar tu energía de manifestación
Las fechas especiales nos invitan a la reflexión. Nos llevan a un estado casi automático de balances y reconfiguración.

Cuando un nuevo calendario empieza tenemos la excusa perfecta para volver a empezar nosotros también.

Hay algo que pocos reconocemos, y se trata de nuestra gran capacidad de manifestación.
Todo lo que nos rodea en este momento, todo lo logrado hasta ahora es producto del poder de nuestros pensamientos. Alguna vez eso no estuvo, y hoy es una realidad.
Reflexionemos a conciencia:
Alguna vez este trabajo que tenés no era tuyo. Alguna vez tu pareja aún no había aparecido. Alguna vez no habías hecho ese curso y no tenías todas estas habilidades.
Recapitula acerca de todo lo que hoy tenés y alguna vez era sólo un pensamiento o deseo en tu cabeza. Podés ver cómo lograste hacerlo realidad? Podés analizar y valorar todo el camino que debiste recorrer para llegar hasta acá?
Eso es energía puesta al servicio de tus proyectos y metas.

Pero cómo desarrollar esta energía?
Cuando nos focalizamos en lo que nos falta sólo vamos a recibir más de eso mismo: escases, miedos, queja.
Si estás pendiente de que salga el sol no vas a aprender a disfrutar las gotas de la lluvia. Si estás esperando mudarte a una casa mejor no vas a poder valorar el hecho de tener ya un lugar donde vivir.

Al hacer foco en lo que sí tenemos empezamos a irradiar una energía de abundancia y nos convertimos en un imán para todo eso que tengamos en nuestros planes.
Ya dicen los sabios que la felicidad no consiste en conseguir lo que querés sino en ser agradecido con lo que ya tenés.
Desde ese estado anímico y energético de gratitud y autoconocimiento podrás planear tu próximo movimiento y seguir avanzando en tus planes.

Veamos punto por punto cuáles son los pasos para manifestar lo que quieras en tu vida:

1) Visión: visualizar eso que querés, con detalles, especificando cómo sería exactamente, para que se vayan revisando una y otra vez sus características en tu mente y te hagas cargo de eso.

2) Emociones elevadas: Cómo te vas a sentir cuando consigas lo que soñas? No te quedes con la emoción más general, sino que trata de indagar más en profundidad cómo te sentirías realmente. Así todo tu ser creerá que eso ya está sucediendo.

3) Repaso mental: Repetí mentalmente cada detalle, cada acción que vas a tomar, cómo te vas a sentir. Al revivir en la mente una y otra vez esta creación atraerás un gran sentimiento de gratitud. Así se construirá una confianza en tu interior que entenderá que nada es imposible.

4) Soltar: dejar que llegue cuando tenga que llegar. Sin tratar de establecer el cómo ni el cuándo recibiremos ese regalo cuando menos lo esperemos.

En conclusión, para manifestar algo debemos primero entender que todo lo que necesitamos ya lo tenemos. Cuando decimos “necesito esto o necesito aquello para ser feliz”, entramos en una energía de falta y negatividad. En ese instante estamos diciendo al universo y a nosotros mismos, no soy suficiente, no valgo lo suficiente.
Si dejamos de perseguir los deseos, vamos a poder dejar atrás la resistencia y la energía negativa.
No necesitar “algo” en realidad hace que eso sea atraído hacia vos.

En vez de focalizar en lograr algo, lo mejor es focalizar en ser uno mismo, en aceptarnos cómo somos y en agradecer todo lo logrado. Desde esa postura una fuerza de gravedad se genera a nuestro alrededor y ya no tenemos que perseguir nada ni a nadie, todo llega porque entramos en la frecuencia correcta: La frecuencia del amor propio y de la confianza en todas tus posibilidades.

El deseo solo, no sirve. Desear nos coloca en un estado de ansiedad o duda. Al deseo hay que sumarle intención y acción.
Focalizarte en lo que deseas es poderoso, intencionar es más poderoso aún, pero acrecentar el estado de tu ser es la más poderosa de todas. O sea, ocuparte de vos y de tu crecimiento personal sería el camino hacia la realización de tus más íntimos deseos.

El Dr. Dispenza lo explica mejor: “Cuando una persona empieza a sentir las emociones de su futuro, en ese instante, su corazón empieza a responder distinto, late con más ritmo”. Y agrega “Cuando abrazamos emociones elevadas y tenemos pensamientos que son mejores que las creencias limitantes que nos tienen atascados en el pasado, tu cuerpo se empieza a preparar químicamente para el futuro”, osea, sin darte cuenta ya te convertis en eso que tanto deseas.

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