ALIMENTACIÓN CONSCIENTE
Bebidas probióticas, tendencia líquida saludable
Promueven una digestión saludable, mejoran la salud intestinal, fortalecen el sistema inmune, reducen los problemas de estrés y ansiedad, y mejoran la apariencia de la piel, según especialistas.

No por nada, unos 200 años A.C., emperadores chinos las tomaban bajo el nombre “elixir de vida y juventud“. Los probióticos son organismos vivos, fundamentalmente levaduras y bacterias buenas, obtenidos a partir de un proceso relativamente lento de fermentación de varios ingredientes en agua, leche o vinagre.

En su libro “Bebidas probióticas, 67 recetas para un intestino feliz”, la nutricionista Caroline Hwang describe que, entre sus principales funciones, las bebidas probióticas promueven una digestión saludable, mejoran la salud intestinal, fortalecen el sistema inmune, reducen los problemas de estrés y ansiedad, y mejoran la apariencia de la piel.

La kombucha y el kéfir ganaron popularidad en los últimos años pero existen otras variantes menos conocidas con las mismas virtudes de fermentación: suero lácteo, cerveza de jengibre, kvas de remolacha, jun y tepache.

Preparar en casa

Cada fermentación requiere ciertos cuidados específicos: mientras algunas fermentan por sí solas (fermentación espontánea), otras requieren un cultivo de microorganismos a partir de cereales o una colonia simbiótica de bacterias y levaduras. El cuidado no lleva más de 5 minutos diarios pero, como destaca la autora, una de las claves de la elaboración casera de las bebidas probióticas es tener paciencia.

Té kombucha, todo lo cura

Sus primeros usos se registran en China 5 mil años atrás. También era consumido en Japón, Egipto y por las civilizaciones Maya e Inca. Por sus evidentes beneficios, llegó  a ser llamado el Té de la Inmortalidad. Revitaliza, refuerza el sistema inmunológico y funciona como un antibiótico natural. Pero también “es especialmente depurador y desintoxicante, con lo cual ayuda a perder peso. Mejora la digestión y la función intestinal”, explicó la nutricionista y especialista en alimentación consciente, Patricia Robiano, al diario Clarín.

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¿Qué necesitás?

  • 1 litro de agua
  • 3 saquitos de té (negro, verde o rooibos)
  • 100 grs de azúcar blanca
  • Cultivo hongo SCOBY (Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast)*
  • 1 recipiente de vidrio
  • 1 tela o toalla de papel
  • 1 botella

Preparación

  1. Herví un litro de agua, agregá saquitos de té y dejalos reposar 15 minutos. Cuando esté listo, retirá los saquitos y añadí el azúcar en el té caliente. Revolvé y dejá que se enfríe a temperatura ambiente.
  2. Echá el té en un recipiente de vidrio y agregá el cultivo hongo SCOBY.
  3. Recubrilo con una tela o toalla de papel para evitar contaminación.
  4. Dejá que la preparación fermente unos 10 días a la sombra entre 23ºy 27º (para saber si tu bebida está lista debés realizar una prueba de PH: si el resultado es 3, el proceso de fermentación está completa). Para terminar, retirá el cultivo y colocá la bebida en botella, y dejala reposar 5 días más.

Kéfir, longevidad y belleza

Es un organismo parecido a un colifor en miniatura pero más blando y gelatinoso, que combina bacterias probóticas y levaduras, y se utiliza para convertir la leche de vaca, cabra u oveja en bebidas refrescantes y efervescentes.  Desde hace cientos de años, la fermentación de la leche con kéfir es una costumbre en Europa Central. El origen del grano es propio del Cáucaso, cuyos habitantes de las montañas sorprendieron a los investigadores por ser capaces de vivir hasta por más de 100 años.

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¿Qué necesitás?

  • 20 gramos de cultivo de kéfir
  • 1 litro de leche pasteurizada
  • 1 jarra de vidrio con boca ancha y con tapa

Preparación

  1. Colocá la leche en la jarra y procurá que quede suficiente espacio para que crezca el cultivo.
  2. Agregá el cultivo y en la jarra y tapala.
  3. Conservala lejos de la luz a una temperatura de 25º aproximadamente, por 1 o 2 días.
  4. Agitá la preparación cada tanto.
  5. Una vez preparado, filtrá el kéfir con un colador para eliminar los restos del cultivo.
  6. Conservá el líquido en la heladera hasta por 14 días.
  7. Tip extra: probalo con fruta o con cereales.

 

 

Tepache, sanación ancetral

Este remedio de mexicano data su origen de la época prehispánica era utilizado por los Mayas gracias a sus beneficios para el organismo. Originalmente, se creaba a partir de la fermentación del maíz y la panela, pero luego de la colonización a la receta se le agregó el ananá y así se creó la típica bebida que todos conocemos.

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¿Qué necesitás?

  • Cáscara de 1 ananá
  • 4 cucharadas de azúcar mascabo
  • 2 litros de agua mineral o filtrada
  • Un frasco de vidrio de 3 litros aprox.

Preparación

  1. Mezclá los ingredientes en el frasco y dejalos fermentar a temperatura ambiente por unos cuatro días.
  2. Usá un retazo de tela limpia como tapa para que la preparación respire. Cuando encuentres espumita blanca sobre el agua, quiere decir que está fermentando.
  3. Colá el tepache y echarlo dentro de una jarra con hielo. Podés tomarlo de inmediato o guardarlo en la heladera por dos o tres días.

Variaciones
Aunque su versión más popular es en base al ananá, el tapiche también puede prepararse con pera o manzana. Incluso, se sabe que los Mayas solían incluir hierbas aromáticas que daban como resultado una bebida única. Algunas recomendadas son clavo de olor, pimienta, anís o canela.

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