MEDITACIÓN
Vipassana: las puertas a la felicidad
Es una de las técnicas más antiguas de la India y la utilizada por Buda, el fundador del budismo, para alcanzar la iluminación.

Vipassana significa “ver las cosas como son en realidad” y, a diferencia de lo que muchos creen, este tipo de meditación no consiste en sentarse a observar los pensamientos, sino el cuerpo y la mente sin ningún tipo de reacción.

Se enseñaba en India hace más de 2.500 años como un remedio universal para enfrentar los males universales. La invitación de liberarse del apego y la aversión que causan infelicidad, temores o malestares. Su propósito esencial es curar a quien la practique del sufrimiento humano.

Tomate un tiempo para vos y explorarla en casa.

  • Elegí un lugar donde te sientas cómoda al que puedas recurrir todas las veces que vayas a meditar: puede ser un cuarto especial en tu casa, un rincón, un jardín, o donde más te guste. Sentate en el suelo con las piernas cruzadas en posición “tipo indio”, con la espalda y cuello bien derechos, pero sin forzarlos. Podés apoyar las manos suavemente en tus rodillas.
  • Es mejor mantener los ojos cerrados, pero los podés dejar abiertos si querés, según lo que te distraiga menos. Pero si mirás algo, debes estar consciente de que estás “mirando”, como una acción. Lo importante es tener buena concentración. Sirve también mirar un punto fijo, y no dejar de mirarlo.
  • ¿Cómo tenés que respirar? Enfocá tu atención en la entrada de las fosas nasales. En esa zona se puede observar la entrada y la salida del aire. Así, cuando entra por las fosas nasales produce una sensación de contacto o de fricción y esa sensación puede ser detectada si colocás tu consciencia en ese lugar por donde está fluyendo el aire hacia dentro; y lo mismo cuando el aire sale, al exhalar, observá la salida del aire.

Permanecé escuchando tu respiración durante 10-15 minutos, no más. No es necesario sobre exigirse; al principio te va a costar estar ese tiempo quieta y sin hacer nada más que contemplar lo que tengas enfrente y dejar que tus pensamientos se apaciguen. De a poco vas a sentir cambios leves: son los beneficios, entre ellos vas a sentir mayor claridad mental, menor ansiedad, más tranquilidad en general, además de dormir mejor y tomarte la vida con más calma.

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