A través de las manos nos conectamos con el mundo. Al tocar estamos hablando y a la vez escuchando.

Este es un ejercicio de conexión para parejas y es importante que lo utilicen para relajarse y compartir un rato juntos sin presiones, ni apuros. No busquen hacerlo perfecto, simplemente disfrutar del otro.

Para comenzar, permítanse el juego de elegir los roles: Uno será el masajista y el otro será el masajeado.

Es importante poner una música relajante y algún aroma en el aire que provoque armonía (Puede ser lavanda, jazmín, canela, vainilla)

Una vez que definan los roles, el masajeado se acostará boca abajo sobre sobre la cama. El masajista, intentará realizar movimientos suaves para ir reconociendo el cuerpo. Lentamente masajeará toda la espalda, los brazos, la nuca, la cabeza, las manos.

Es un momento de descanso placentero y de hacer sentir bien al otro. Puede durar desde media hora en adelante, lo que ustedes quieran. Lo que ustedes sientan.

La idea es que al día siguiente lo repitan cambiando de rol y el que fue masajista, ahora reciba, también, sus masajes.

Este ejercicio sirve para conectar con la energía del otro, para reconocerla y compartir un momento relajados y en silencio, diferente al resto del día. El Masaje nos suaviza, nos permite compartir a través de la piel, nos relaciona de una nueva forma. Nos activa los sentidos y, en la pareja, nos reconectan con una sensualidad diferente.